Alejandra Ferreiro, El Líbero 03/06/2021
Los alcaldes electos tienen la gran responsabilidad de asumir su cargo en una de las épocas más álgidas de la política chilena y en que se cuestiona más a sus autoridades. En efecto, el rol del jefe comunal se ha vuelto cada vez más importante, y hay muchas voces que sugieren darles más importancia aún, otorgándoles más facultades y recursos en la nueva Constitución. Sin embargo, a la luz de la experiencia, esa medida por sí sola no sería conveniente.
Debiera resultarnos sorprendente la reelección de Daniel Jadue en Recoleta, luego de que en 2018 se emitiera por parte de la Contraloría General de la República un informe sobre irregularidades de los fondos para la Subvención Escolar Preferencial por parte de la Municipalidad.
La fiscalización de la ejecución presupuestaria de las municipalidades está en manos del concejo municipal, pero es evidente que esta figura termina siendo insuficiente y las noticias de despilfarro son recurrentes. Esta situación deja en desmedro a los habitantes de esas comunas, quienes deberían poder tener una mayor injerencia en las decisiones de gasto municipal para que la inversión realmente vaya a solucionar los problemas que los aquejan.
Asimismo, una mayor fiscalización del gasto podría ayudar a disminuir las brechas existentes entre las distintas municipalidades. En esto la sociedad civil y las organizaciones sociales pueden jugar un rol importante.
Por ejemplo, en temas de seguridad, en ciertas comunas los líderes sociales trabajan codo a codo con las autoridades para prevenir los delitos y además existen centrales de vigilancia, policías independientes y programas de prevención, mientras que en otras, solamente se tiene acceso a Carabineros, los cuales muchas veces ni siquiera llegan.
Por lo tanto, además de los concejales, resulta forzoso otorgar un rol de fiscalización a los ciudadanos, por ejemplo, aumentando y robusteciendo las facultades del Consejo de la Sociedad Civil municipal, el cual no existe en varias comunas, y en las que sí existe, generalmente tiene poca relevancia y se usa solamente para informar decisiones ya tomadas. Tienen un rol meramente cosmético.
En medio del proceso de reconstrucción social que estamos viviendo, urge que las voces de la ciudadanía y de los líderes sociales sean consideradas y que ellos también puedan fiscalizar la ejecución presupuestaria, ya que sólo así se podrán solucionar las verdaderas necesidades de las personas a nivel local y avanzar en la disminución de la desigualdad existente entre municipios.