Alejandro Fernández, Carta al director La Segunda 18/06/2020
Axel Kaiser, en entrevista publicada ayer, señala que se ha opuesto a las cuarentenas totales “sobre la base de estudios que las cuestionan, pero también por un principio de libertad”. Así, dice que “los ciudadanos tenemos derecho a correr riesgos y hacer una vida coherente con eso”. Aunque el principio suena razonable, ¿será tan así en este caso?
Aunque parezca una obviedad, en una pandemia no se trata simplemente de tomar decisiones pensando en el riesgo que estamos dispuestos a correr, sino también y especialmente se debe considerar el riesgo en que estamos poniendo al resto de la población (esto también es aplicable a los “antivacunas”).
Precisamente en esa incomprensión radica gran parte del problema que estamos teniendo para que se cumpla la cuarentena y disminuyan los contagios. Esto lo grafica con claridad una frase que me dijo una dirigenta de Bajos de Mena: “los jóvenes están matando a nuestros viejos”. Paradójicamente, muchos de los mismos jóvenes que en octubre se habrían manifestado en nombre de los adultos mayores (alegando bajas pensiones, precios de los remedios, etc.), hoy con su actitud irresponsable, los están exponiendo a que se contagien y eventualmente mueran.
Como vemos, lo que está pasando no es solo fruto de un problema de falta de obediencia a la autoridad o de la necesidad de salir a trabajar para alimentar a la familia, sino de una sociedad extremadamente individualista, donde pareciera que solo nos preocupan nuestros propios intereses y no estamos dispuestos a hacer ningún sacrificio por el resto de la comunidad.
Ojalá esta crisis nos permita volver a pensar en serio sobre nuestra vida en sociedad.
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